Empecé porque mis hermanas tomaban clases y yo esperaba mirándolas desde el cochecito. Luego le pedí a mi mamá que me pusiera patines, y con el tamaño más pequeño que tenían empecé a patinar. ¿Qué te ayudo a poder representar al seleccionado nacional? El apoyo que me dieron mis entrenadores, mi familia, mis amigos, y la Federación Argentina de Patinaje sobre Hielo, que creyó en mí y me recibió con mucho cariño. Si te pregunto por tu mejor competencia, ¿cuál elegís? Mi gran emoción fue el primer nacional. Y mis competencias preferidas son los nacionales y el Junior Grand Prix, porque allí uno representa a su país y podés compartir con patinadores profesionales de todo el mundo. ¿Tenés alguna forma en particular de prepararte mentalmente para las competencias? Te diría que el estar muy preparada físicamente me ayuda mentalmente dándome confianza y calma. Me concentro mucho en lo que tengo que hacer, pienso en la gente que me apoya, y sobre todo mi compromiso de dar lo mejor de mí al país que represento. Al momento mismo de competir, ¿hay algo en lo que pongas la atención para que te ayude? No en particular, pero si trato de irme acordando de la cosas que me dijeron mis entrenadores en distintas partes de mi programa. También trato de concentrarme en una cosa a la vez, no en todo el programa junto…