Siempre estuve ligado al deporte: De chico jugaba al básquet y en mi adolescencia me dediqué completamente al tenis. Hice pre-temporadas de más de 6 horas diarias de entrenamiento, jugué torneos profesionales, gané, perdí, sentí la mejora, tuve frustraciones, lesiones, emociones encontradas y muchas decisiones que tomar.
Luego de dejar la alta competencia y de un paso de 2 años por el profesorado de educación física, comencé a estudiar Psicología en la Universidad de Buenos Aires. Paralelamente me recibí de profesor de tenis, entrenando a jugadores de distintas edades y niveles.
Al terminar mis estudios en la licenciatura decidí especializarme en Psicología deportiva, la disciplina que mejor abarca los aspectos mentales del juego.
Participé en concursos de ciencias aplicadas al deporte, presencié y expuse en congresos de psicología del deporte y al día de hoy (sin importar cuando leas esto) continúo incorporando conocimientos.
A pesar de haber vivido mi propia experiencia en el campo, elijo trabajar desde la singularidad de la persona, ya que cada uno de nosotros entendemos lo que nos pasa de forma diferente, partimos desde distintos lugares y buscamos nuestros propios destinos.
Tengo el inmenso placer de trabajar junto a personas que son deportistas de elite, otras que quieren serlo, y algunos apasionados que si bien el deporte no es la prioridad número 1 en su vida, buscan hacerlo lo mejor que se pueda.
También asesoro a entrenadores, árbitros, federaciones, familiares y otros integrantes del contexto deportivo.