Usted fue campeón del mundo en dos oportunidades, ¿Cómo eran sus rutinas de entrenamiento? Pues eran rutinas diarias para poder soportar las cargas que teníamos que hacer. Tocaba entrenar mucho si queríamos llegar a ser campeones del mundo, creo que eso aún no ha cambiado y usted sabe qué para trabajar con un deporte como el nuestro, en la búsqueda de la perfección o al absoluto toca trabajar mucho. ¿Cómo te preparabas en los instantes previos a competir? Era un ritual completo antes de la competencia. Había que entrar a la calma, recordar todo lo que se había entrenado, como se había entrenado, recortar los radios dentro de la pista, manejar la respiración, manejar la ansiedad, manejar los “flashes” negativos que podía tener, y así llegará a la puesta en escena. ¿Y al momento de competir en qué pensabas? En esos momentos cruciales de la competencia en lo único que estaba enfocado era en todos los elementos, en la respiración, en manejar como te dije anteriormente la ansiedad y con mucha visualización sobre lo que estábamos haciendo. Se había entrenado precisamente para poder afrontar el campeonato y sortear dentro de la competencia cualquier problema que nos encontráramos, sin embargo buscaba manejar la mente, ponerla a trabajar en todo lo que me ayudara, buscar pensamientos positivos y mucha, pero mucha credibilidad en lo que yo hacía, confianza en mí mismo y en los elementos a los que me iba a enfrentar dentro de mi rutina de patinaje. Pensaba en poner el punto más alto de mi rendimiento y de lo que yo sabía hacer, para que el problema no fuese mío sino de los demás. Yo nunca salí a ganar, salía a una pista a que me ganaran. De hecho si hubiese salido a ganar habría gente mejor que yo, pero si salgo a que me ganen es más fácil porque yo soy el que está arriba, y el problema psicológico se lo dejo a los demás. ¿Qué tal resultó para ti el proceso de pasar de entrenar todos los días a dejar de competir y comenzar en un nuevo rol? Esto fue paulatino, no fue de un momento para otro. Yo venía haciendo los dos roles por ocho años. Cuidando los patines y preparándome más en la parte de dirigencia deportiva y entrenamiento deportivo del patinaje artístico. ¿Tuvo usted contacto con algún psicólogo deportivo durante su carrera? Sí claro, durante mi periodo de entrenamientos tuvimos un seguimiento psicológico. Creo que el 80% después de que se ha llegado al alto rendimiento, es psicológico, más en una competencia de un deporte como el de nosotros que es de arte y precisión. Entonces hay altos niveles de estrés que se manejan no solamente en figuras obligatorias sino también en libre individual. En el libre individual es menor que en figuras obligatorias, ya que en las figuras obligatorias está la peculiaridad de que cuando nosotros estamos en una competencia tenemos a los jueces a menos de un metro. Son siete personas al lado de uno, entonces para manejar esos niveles de estrés, de ansiedad y de concentración se hace necesario tener psicólogos al lado de uno para que podamos aprender. Esto no lo aprendemos solos.