Virginia Gordon

Natación artística

Entrenadora | Argentina

Hace 25 años más o menos que empecé con natación artística, es un deporte que no está muy desarrollado, somos muy pocos, y acá en Mar Del Plata particularmente empezó hace 25 años con los Juegos Panamericanos, ahí se empezó a ver. Me puse en contacto cuando estaba estudiando educación física. Yo no era nadadora, no existía este deporte acá. Me contacté con la entrenadora que lo trajo desde Rosario (Beatriz Serrato) y empecé por curiosidad, porque me gustaba la natación, la danza y la gimnasia. No los practiqué, pero cuando estudiaba eran las materias que más me gustaban. Además, de chica estaba vinculada con la música. Estudié varios instrumentos, cosa que después me sirvió para editar la música de las coreografías. Un día un profesor nos invitó a ver una exhibición de nado sincronizado y ahí me puse en contacto con Beatriz. Empecé a observar sus clases y ella me empezó a invitar a la pileta. Estuve más de un año a su lado en el borde de la pileta aprendiendo, en esa época el deporte venía más del valet acuático todavía, nada que ver a lo que se ve ahora en los JJOO y mundiales, evolucionó muchísimo el nado sincronizado. A los 2 años de formarme con ella, empezamos una actividad acá. Arrancamos de cero, un deporte que no se conocía. Ella tenía un grupito reducido de nadadoras en una pileta privada, la convocaron para que vaya al EMDER y empezamos a trabajar ahí. De la primera camada de nadadoras de Mar Del Plata salió una entrenadora que hoy trabaja conmigo. Fueron un poco conejito de indias porque en ese momento no había casi información, no había bibliografía, no había internet como ahora. Entonces me fui formando como entrenadora al mismo tiempo que fuimos formando a las primeras nadadoras. Era ensayo y error, iba entrando en contacto con jueces y otros entrenadores del país que me iban marcando su experiencia. Empecé a hacer también todos los cursos, acceder a toda bibliografía, y ver todos los videos con los que me encontraba. Así arranqué, de ahí formamos un club que creció bastante, con altibajos, ya que hay gente que al día de hoy no sabe de qué se trata el deporte. Pero bueno, hoy ésta entrenadora que te contaba de la primer camada fue la primer deportista que entró en su momento a la selección Argentina desde juveniles. Y cuando las más chicas empezaron a tener referentes, empezamos a crecer como club cada vez con más chicas. Con el correr de los años también el deporte fue creciendo, si bien no como uno quisiera ya que cuesta mucho encontrar profesores que quieran tener un trabajo donde se necesita ser tan detallista. Todos los deportes tienen su cuestión ardua pero el nado sincronizado tiene estas facetas de la búsqueda de la sincronización y la perfección del movimiento que lo hace un trabajo largo. Lleva tiempo de aprendizaje hasta poder ver el nivel que se ve en las competencias de la tele, son años y años. ¿Qué características tiene que tener una deportista para que le vaya bien en el deporte? Depende los objetivos que uno busque. Si apuntas a elite, el deporte tiene limitaciones físicas. A medida que van pasando los años las chicas van encontrando su techo físico. En una apreciación mía hay un 80% que tenés que tener de mentalidad para trabajar. Llega un punto donde es central la búsqueda del detalle, de que el ángulo esté bien derechito o la sincronización exacta y perfecta entre el grupo. Tenemos que disimular los errores y acoplar las individualidades para lograr un todo y un equipo, por ejemplo: para la que es menos flexible, menos fuerte, menos concentrada para estudiarse una coreografía, tenemos que conseguir un equilibrio entre respetar las individualidades de ellas y sus límites. Acordar en la coreografía que queremos armar, a veces como entrenadores tenemos ideas geniales pero no las podemos ejecutar porque el cuerpo de las chicas no responde, o por ahí todavía no están preparadas por su edad. No es lo mismo las más chicas que las mayores o juveniles. Es un deporte que tiene mucho de constancia, hay veces que horas y horas tenemos que pasar repitiendo 10 segundos. Ahí tienen que tener la mentalidad para aceptar esto. Por ahí trabajamos el primer largo de la coreografía por semanas. Si las chicas no tienen pasión por lo que hacen, llega un punto donde la concentración se debilita. Si no se logra tampoco manejar la frustración cuando algo difícil no sale, también se hace cuesta arriba. El deporte te va premiando en función de la dificultad de los movimientos. A la hora de manejar la frustración de no llegar a coordinar con la compañera o la velocidad ¡juega mucho el factor mental! Yo digo que es importante para las chicas saber cuánto les gusta esto. A medida que se va exigiendo más, si no te gusta es imposible sostenerlo. Por eso, para mí el 80% es capacidad de tener actitud mental para trabajar. El resto son condiciones físicas que se necesitan: flexibilidad, fuerza, etc. Si vienen innatas esas últimas es todo más fácil de trabajar. Sin embargo, hemos tenido chicas que tienen estas cualidades físicas pero no tienen la mentalidad para avanzar y esforzarse. He visto avanzar a chicas que por ahí al principio las ves limitadas físicamente pero con su esfuerzo y la pasión que le ponen logran compensar. Ahí la actitud y las ganas son claves. Los entrenadores nos damos cuenta a través de la actitud que ponen las chicas al trabajar. Vemos quienes son las que pueden funcionar en el alto rendimiento o a nivel selección. Acá en Argentina el alto rendimiento no es equiparable al de las grandes potencias, tiene que ver con un tema cultural a la hora de trabajar, de la infraestructura que tenemos, y la cantidad de gente que tenemos. Al ser un deporte no tan masivo, no hay tanta competencia. Las chicas tienen facilidades para ir avanzando, no es lo mismo entrar a la selección en España que entrar en la selección acá. Ellas van teniendo más experiencia, pero trabajamos con un grupo muy reducido. El hecho de no tener tanta gente, en mi experiencia después de tantos años, es como que con lo poco que tenemos hacemos lo mejor posible. No tenemos la posibilidad de seleccionar talentos como en otros países. Por eso acá avanzan por trabajo y por actitud. El hecho de disfrutar la actividad, en las más chiquititas, te das cuenta a quienes les gusta y a quienes no, a quienes las lleva el papá porque le gusta a los padres y quizás a la nena no. Todas esas cosas, a la larga, los chicos van demostrando como es su actitud en un entrenamiento. Siempre les digo que las preguntas que se tienen que hacer es: ¿cuánto les gusta? ¿Cuánta energía piensan poner? Cada vez lleva más tiempo y más exigencias. Algunas quieren quedarse en su casa y no quieren entrenar todos los días o ir a los torneos. Entonces, los entrenadores tenemos que estar motivándolas o convenciéndolas estratégicamente para que continúen. Sobre todo a las que tienen condiciones tratamos de estimularlas más para que no dejen. Pero bueno, lo lógico es no forzarlo, porque no tiene sentido. A la larga, no es bueno para los chicos ni para los entrenadores. ¿Qué tanto crees que influye la relación interpersonal de los dúos o equipos en su rendimiento? Para armar un dúo nos guiamos un poco por la similitud corporal o el nivel técnico que tienen. Intentamos que no haya mucha diferencia de nivel para evitar que una baje mucho su nivel y otra se frustre por no poder alcanzar a la que está más arriba. Influye como se llevan entre ellas, me acuerdo de un caso que hice en un curso con una entrenadora de Méjico que habían juntado a las dos mejores que tenían pero eran las dos rivales entre sí durante toda la carrera. No podían congeniar como dúo. Entonces, influye mucho como se van formando. A veces se nota cuando hay algunos roces, se ve en el trabajo diario cuando hay alguna que es súper trabajadora, detallista, y la otra por ahí es más quedada, y vemos que la compañera se enoja. Aunque a veces si hay una que está más floja, tenemos compañeras que las van llevando y las hacen avanzar más de lo que avanzarían solas. Lo mismo pasa en los equipos, los líderes influyen mucho en como congenian afuera del agua y adentro del agua. Trabajamos afuera un montón de temas de marcación de coreografía, y si no sale afuera, no sale adentro. Entonces, en todo ese trabajo de sincronización aparecen las distintas personalidades. ¡Imaginate congeniar ocho chicas! Tenemos un montón de situaciones en las más chicas de "no lo hice porque la otra me empujó" y empezamos con todo este tema… "no salió la levantada porque no me agarró"... Hay grupos geniales, porque están muy bien liderados por alguna que las lleva, y por ejemplo, hasta los papás se hicieron amigos y apoyaban. Eso te facilita un montón. Como pasan tantas horas juntas, son grupos que mantienen la amistad durante mucho tiempo. Hay nadadoras mías que dejaron hace años y son amigas eternas, unidas por tantas horas. Siempre está esto de lidiar con los caracteres, y a veces quieren hacer el dúo con su mejor amiga pero el nivel es muy dispar... Intentamos ubicarlas por condiciones, a veces hay nenas que quieren hacer solo y hacen dúo, porque quizás no tienen las condiciones de ser solistas técnicamente. Otras veces hay talentos brillantes, pero no tienen alma de solista. Todo esto, a nivel personal, nos trae un montón de trabajo para ir sacando lo mejor de ellas.