Gimnasia aeróbica
Deportista | Perú
Mi familia siempre me ha inculcado que tenía que hacer un deporte desde que era chiquita. Había hecho natación y un poco de gimnasia artística bien básico pero no llegué a competencias, entonces me pasaron la voz de este nuevo deporte y dije, “voy a probar”. Al inicio entrenaba tres veces por semana durante una hora, lo hacía porque me divertía y nada más. En el 2010 (con doce o trece años) empecé a competir y a entrenar un poco más. Me plantearon que podía viajar a competir. El nivel de Perú en ese entonces era súper básico. De hecho, siempre estuve con mi misma entrenadora que también empezó en artística y se fue capacitando poco a poco a través de los cursos de la FIG para entrenadores. Al viajar, veíamos el nivel de las otras gimnastas y era totalmente diferente a lo que tenía en mi mente. Era mucho más profesional. Desde ahí me propuse entrenar con todo. Quería llegar a ser como ellas, de las mejores. Puse como prioridad en mi vida a la gimnasia aeróbica. En el 2011 quedé en tercer lugar ganando mi primera medalla panamericana. A partir de ese año hice podios en otras competencias. El año pasado, ya en senior, gané por primera vez un campeonato panamericano y a la misma vez quedé segunda en un open en Bulgaria compitiendo contra gimnastas europeas que son potencia en la disciplina. Estas fueron mis mejores logros, participé en copas del mundo pasando a finales y en mundiales también, pero tengo pendiente las finales en mundiales. Espero que el próximo año se pueda dar. Si tengo que contarte momentos buenos, creo que valoro todo del deporte: los valores que te da para la vida, el trabajo en equipo, perseverancia, dedicación, compromiso… Todo eso me sirve para el resto de mi vida, para organizarme mejor me ha ayudado un montón. A su vez, los buenos momentos son las experiencias de los viajes. Viajar, competir, ver mundo, aprender de otros países, de otras personas diferentes a uno, con otras costumbres. Eso no tiene precio. Entrené en España durante un mes viviendo con las personas de allá y eso ha sido de las mejores cosas. Las amistades que he ido haciendo se han vuelto súper cercanas a mí, y ahora son parte de mi familia. También conocer lugares: Tokio, Corea, si no fuera por el deporte, no hubiera ido. Malos momentos creo que son las lesiones, me lesiono una vez al año con una lesión “fuerte”. He tenido que competir fracturada, con esguinces en tobillos, con desgarros en la pierna… esas fueron las más fuertes. El año pasado me lesioné horrible el gemelo, se me desgarró, y fue la primera vez que tuve que dejar de competir por una lesión. Siempre había sido capaz de tolerar el dolor y competir igual, pero esa fue tan fuerte que no me dejó participar del campeonato sudamericano pasado. Por suerte me recuperé bien para el panamericano. Si bien no tuve una buena preparación (había estado sin entrenar dos semanas previas a la competencia), creo que la mente es tan poderosa que al estar todo el rato visualizando, me pude sentir muy bien en el campeonato. Quedé sorprendida de haber hecho una competencia tan buena y haber quedado primera. Desde siempre fui un poco nerviosa para salir a competir, más que nada por inseguridad propia. Es un tema que poco a poco lo fui trabajando, manejando, y ya estoy mucho mejor. Siento que puedo competir tranquila. Aprendí a respirar de una forma, y trabajar en el aquí y ahora. Yo era mucho de pensar “que pasaría si compito y me caigo en este elemento”. Al proyectar el futuro, se me genera estrés y ansiedad. El aquí y ahora consiste en concentrarte en lo que estás haciendo en este momento. Si en este momento me estoy maquillando antes de salir a competir, no pienso nada más que maquillarme. Si me baño, pienso en bañarme. Que mi mente no se vaya más allá. Eso no deja de lado la visualización, soy mucho de visualizarlo todo. Cuando voy a aprender un movimiento nuevo, lo visualizo. Me pasa que lo hago tanto que mi entrenadora me dice “thais muévete. No estés ahí parada, que no estás aprovechando el entrenamiento” no es que esté parada, estoy visualizando. Antes de competir siempre me visualizo haciendo toda la rutina como si estuviese en la competencia delante de los jueces y todo. Para entrenar hago lo mismo. Visualizo todos los movimientos y hago una rutina completa en mi mente. Tengo sesiones establecidas para trabajar la mente. Algunas dispersas en el tiempo, pero considero que entrenar la parte mental es igual de importante que entrenar la parte física. Pienso que una gimnasta para competir en niveles como el mío necesita siempre tener ganas, estar en constante motivación para lograr cosas nuevas, y empujarse a sí misma a ser mejor. Si estoy donde estoy es porque nunca tiré la toalla. Si bien siento que no tengo tanta facilidad para algunas cosas de la gimnasia, creo que con el trabajo duro he llegado muy lejos. Siempre busco entrenar un poco más de lo que me dicen, hacer por mi cuenta un montón de ejercicios, preparación física… Hay que tener ganas de querer ser mejor y nunca rendirse, si es que en verdad están haciendo lo que les apasiona y les gusta. Los resultados no van a llegar rápido, siempre hay que tener en mente que es un trabajo a largo plazo. No porque entrene “buenazo” un día, ya al día siguiente voy a ganar el campeonato del mundo. Compito desde el 2010, son diez años y todavía no he pasado a una final en un mundial, es trabajoso. A unas personas les cuesta más y a otras no tanto, pero siempre tengo en mente esa frase que dice “el trabajo duro vence al talento, cuando el talento no trabaja duro” Recomiendo luchar por los sueños, nunca rendirse y trabajar muy duro. Tener disposición, ganas, y mantenerse siempre positivos.