Gimnasia artística
Deportista | Puerto Rico
¿Cómo se te dio por empezar gimnasia? Siempre me pasaba haciendo “maromas” en la escuela y me encantaba, aun cuando no sabía ni lo que era la gimnasia. Cuando vi las olimpiadas del 2004 en televisión fue cuando les pedí a mis papás que me matricularan. Entonces así fue, el gimnasio más cerca de mi casa quedaba a dos horas de viaje, pero con mucho sacrificio me lograron matricular. ¿Durante cuánto tiempo tuviste que viajar esas 2 horas? y ¿Cómo eran esos viajes? Estuve tres años viajando tres días a la semana. Luego, me llamaron para formar parte de la selección nacional juvenil, entonces viajaba seis días a la semana y así estuve cuatro años más. Era duro porque tenía que estudiar en el carro. Salía directo de la escuela al gimnasio y regresaba a mi casa a las diez-once de la noche. Para colmo casi no veía a mi familia, porque la persona que me llevaba era una amiga de la familia. Era poco el tiempo que pasaba con mis padres, hermano y amistades. Todo un sacrificio bien fuerte, pero si tuviera que hacerlo todo otra vez, lo haría sin pensarlo. ¿Qué decían tus padres al respecto? Ellos me apoyaban porque veían lo contento que estaba, la disciplina que estaba cogiendo, lo talentoso que era y lo bien que me hacía desarrollar ese talento. Además de la disciplina y el esfuerzo, ¿Qué otras cualidades mentales crees que necesita un gimnasta para alcanzar sus objetivos? Además de disciplina y compromiso se necesita paciencia, valentía para enfrentar los retos, resiliencia para superar los fracasos y fe para lograr los objetivos.