Mi inicio en la gimnasia fue casualidad, yo era un niño que sin entrenar ya sabía hacer rueda, parada de manos, y cosas así, sencillas. En el lugar donde estudiaba vino un grupo de gimnasia a hacer una exhibición. Mientras ellos la hacían yo también hacia esas pequeñas cosas aparte, entonces una de las entrenadoras de ese grupo me vio y ese mismo día esperó que llegaran mis padres para decirles que tenía talento y que me llevarán a entrenar ahí mismo en el colegio en las mañanas (yo estudiaba en las tardes). Empecé a entrenar y hubo una competencia en el gimnasio oficial de mi estado. Participé y quede primero ganándoles a niños que ya tenían tiempo, desde ahí me dijeron que fuera a entrenar al gimnasio oficial. ¿Cómo alcanzaste luego los niveles de alta competencia? Siempre he sido muy centrado y muy competitivo. Creo que esto me ha ayudado mucho, porque a la hora de competir los entrenadores han confiado mucho en mí, pienso que esto se transformó en buenas competencias. ¿Tenés algún tipo de rutina para preparar las competencias? En específico no, lo que hago es visualizar mucho y en manos libres (piso/suelo) y salto, me pego en las piernas cada vez que voy a competir de forma de animarme a mí mismo y me ayuda bastante. ¿Cuál fue el momento más difícil en tu carrera? Creo que el más difícil fue adaptarme al cambio de mi cuerpo. Cuando estaba más pequeño hacia muchos elementos y crecí de un momento para otro. Me costó mucho ese cambio, muchas veces me frustraba, pero poco a poco fui adaptándome. También tuve una lesión en mi rodilla que tengo desde 2016 pero he sabido controlarla y poder dar el 100%. Otro momento fue durante los juegos suramericanos 2018. El día antes de competir tuve hiperextensión de rodillas. Caí mal, las dos rodillas se me fueron hacia atrás y me llevaron en ambulancia al hospital. Me dijeron que no podía competir y hasta lloré, pero el día de la competencia me vendaron lo suficiente y dije que sí a que podía competir. Gracias a dios, a pesar de la lesión, competí muy bien. ¿Y tu momento más feliz? La gimnasia me ha dado muchos momentos felices. He conocido mucha gente grandiosa, grandes amigos, y he representado a mi país muchas veces. No hay mejor satisfacción que colgarse una medalla, pero un momento súper importante para mí fue cuando clasificamos al equipo completo a los juegos panamericanos Lima 2019. ¿Cómo era la relación que tenían entre los integrantes del equipo? Era excelente, era un equipo muy compacto y siempre nos apoyamos. Y claro, como en todo equipo hay diferencias, pero siempre buscamos la forma de hacer lo que mejor pudiéramos para el equipo. Cada vez que competimos se sentía el apoyo de parte de cada uno y eso es muy importante. ¿Te quedan metas por cumplir? Si claro, yo aún soy muy joven, creo que mi primer ciclo olímpico fue bueno y tengo mucho más por dar. Quiero volver a cada uno de los eventos a ganar medallas y, por supuesto, ir a los juegos olímpicos y ganar medallas.