Pienso que las características mentales de un deportista de alto nivel para alcanzar los JJOO, además de persistir, es saber sobreponerse a los malos momentos y adversidades por los que toca pasar. Durante el entrenamiento en un ciclo olímpico pasan muchos problemas que pueden sacarte del camino. Uno debe saber apegarse a las metas y perseguirlas sin soltarlas.   Yo empecé mi carrera a los 11 años, mucha gente no creía que mi proyecto pudiera llegar muy lejos debido a que había enfrentado muchas cosas que van en contra de lo normal ya que es un deporte que se inicia a temprana edad. Tuve directivos y dirigentes que no creían, me faltó el apoyo. Muchas veces para viajar, tuvimos que sacar dinero de donde no teníamos porque no teníamos el respaldo ni patrocinadores. Y lo hablo en “nos” porque mi entrenador estuvo todo el tiempo conmigo. No siempre tuve personas que creyeron en el proceso que llevábamos mi entrenador y yo, no mucha gente apostaba debido a la edad en la que comencé, decían que estaba muy grande, que había otras niñas mejores, y demás. Tuve muchos dirigentes que no creyeron en mí, y hasta se reían de las metas que tenía. De la ciudad donde vengo, jamás habían ocurrido ninguno de estos hechos, soy la primera deportista (de Villavicencio) en lograr participar de un JJOO. Todo era muy nuevo, la gente era incrédula, creo que eso los hizo dudar. Mi edad, la desconfianza en el proceso, y los métodos. Tuve entrenadores que me hablaban muy mal mientras yo competía. Jueces inclusive que lo hacían muy personal y muy de frente hacia mí. En un momento no hubo apoyo económico, las cosas no se daban, pero siempre estuve demostrando en las competencias que estaba mejor, que estaba lista. Eso ayudó a que, aún con todo esto en contra, con problemas económicos y teniendo que dejar a mi familia para poder irme a otro lugar a entrenar, siempre en lo deportivo me impusiera.