Gimnasia rítmica
Deportista | El Salvador
Empecé a los 5 años, en ese momento la rítmica llevaba cinco años en el país y solo había entrenadores cubanos para que se desarrollara el deporte. Era relativamente nuevo y lo querían masificar. Para eso, la técnica fue a buscar niñas al colegio. Fueron solo a colegios de niñas, si bien mi colegio era mixto, llegaron al colegio de mi prima. Entonces mi tía le preguntó a mi mamá si yo quería ir a la clase de prueba con ellas. Me llevó y así comencé en la Federación Salvadoreña de Gimnasia, que en ese momento era el único gimnasio que existía. Junto a mi prima pasamos esa clase de prueba, a mí me gustó mucho y desde ahí no paré. En ese entonces había niñas grandes de 16 años que se estaban preparando para los juegos centroamericanos y del caribe en 2002 que se hicieron en el país. Gracias a las entrenadoras cubanas y al espacio y el tapiz con el que contaba la federación, es que el deporte se pudo desarrollar. En la parte de instalaciones estábamos bien, y la escuela cubana de entrenadores siempre fue muy buena. A los siete años fui con dos de mis entrenadoras a mi primera competencia internacional en un centroamericano. Si bien yo no me consideraba como selección, en 2003 ingresé a la selección infantil haciendo una exhibición. En mis 12 años vino una entrenadora Búlgara que formó un equipo de competencia. Nos seleccionó a 3 niñas para ir a un campamento de entrenamiento en México durante 7 días. Al retornar, competí en un panamericano de clubes aquí en el país. Ahí sentí que se hizo más seria mi carrera deportiva, obtuve 2 medallas de bronce y desde ese momento hasta el año 2018 representé a la selección en pre-panamericanos, en centroamericanos del caribe y en copas mundiales. ¿Cuáles fueron tus momentos más agradables? ¿Y los más difíciles? Mis momentos más agradables fueron todos los campamentos que hice en México en el Centro de alto rendimiento. Fueron muy difíciles, pero fueron experiencias muy bonitas de estar como atleta 24 x 7 y full concentrada. Saber que yo tenía que hacer todo porque mis papás no estaban conmigo, ser disciplinada y responsable. Me gustaban mucho todos mis entrenamientos, y cuando ya estábamos en la etapa cercana a la competencia, los entrenamientos previos siempre fueron agradables para mí. En el pre-panamericano de Guadalajara 2011 fui la más pequeña compitiendo y esa experiencia fue muy bonita para mí. Me dieron un permiso para competir por El Salvador. Si bien yo era juvenil y la competencia era de mayores, me dejaron participar y fue una gran experiencia. Tengo dos recuerdos de competencias muy difíciles: Veracruz 2014 (Centroamericano y el caribe) Había dejado la universidad por un semestre entero para dedicarme a esta competencia, justo antes de mi primer aparato a competir me lesioné. Me esguincé el dedo pulgar de mi mano derecha con la que tenía que agarrar todo. Ese momento fue difícil, solo con un vendaje en la mano tuve que salir a competir, apenas podía agarrar una botella de agua y no pude completar mi competencia. No hice clavas porque no podía agarrarlas con la mano derecha y era mi mejor aparato. Solo pude hacer pelota y cinta, esa fue la más difícil, saber que había dejado todo para poder concentrarme a full y que en el momento de la competencia pase algo tan malo... Barranquilla 2018 también fue algo difícil porque realmente no contábamos con una entrenadora fija. Tuvimos muchos cambios de entrenadora y yo prácticamente entrené sola todo ese 2018. Justo antes de irnos para Colombia vino otra entrenadora, fue muy desordenado y me sentía muy insegura al momento de competir. Fue muy frustrante, quería que fuera mi última competencia y tener buenos resultados. Había cosas que ya no podía hacerme cargo como atleta, no tenía un grupo de apoyo y toda la responsabilidad cayó en mí. Recuerdo haber llorado toda la noche en el primer día de competencia. No cené, fui directo al cuarto, y al siguiente día no tenía ganas de competir. Decidí presentarme a último momento, no podía terminar mi competencia así. Hice lo posible por regresar psicológicamente a estar bien, y en mis últimos dos aparatos mejoré mis notas. Me sentí agradecida de haber podido terminar mi competencia. Cuando regresé de la competencia de Veracruz, fue muy difícil. La prensa había dicho muchas cosas de mí como que yo no me había preparado lo suficiente… y ¡yo realmente no me quise esguinzar! Fue difícil volver, estuve como dos meses inactiva. No quería volver a entrenar ni quería saber nada de la gimnasia. Sin embargo, no quería terminar así mi carrera deportiva, quería tener otra oportunidad. Por eso, me quedé otro ciclo olímpico más. Me ayudaron mis psicólogos y mi entrenadora a poder volver. Desde el 2014 en adelante competí en panamericano de clubes y otras competencias. Ya en 2017 empecé como entrenadora en colegios, y como mi ex entrenadora había abierto su academia la comencé a ayudar allí. Me enamoré totalmente de ser entrenadora y fui ese mismo año a un torneo centroamericano con las niñas. Nos fue bien y ellas me tomaban como un ejemplo a seguir, eso me ayudó a seguir entrenando. Después de lo que pasó en barranquilla decidí que no quería seguir. Me habían invitado al pre-panamericano para ir a los JJPP de Lima pero no quise. Yo ya estaba de vacaciones, me quise ir… si bien me insistieron, dije que no, que ya no iba a clasificar si me había ido de vacaciones. No había ningún plan para entrenar y decidí ya dedicarme plenamente a ser entrenadora de las niñas. Me gusta mi rol ahora, doy clases en un club privado. Planifico, tomo las decisiones, hago todo, y no descuido en ningún momento a mis niñas. Pienso lo que quiero hacer, cómo quiero que lo hagan, dónde quiero que lleguen… Eso falto mucho en su momento conmigo. Mi meta pienso que ahora es apuntar a grandes torneos, pero como entrenadora. Contaste sobre la nota que hicieron luego de Veracruz ¿Cómo impactó en tu ánimo aquella entrevista? Yo estaba en Veracruz cuando me empezaron a llamar para entrevistar, juré que era porque la gente sabía todo lo que me había preparado y querían conocer como estaba al haberme lesionado, pero no, no fue así. Volví a El Salvador, no leí para nada esa noticia, estuve bastante tiempo en la cama llorando mucho y sin ir a entrenar por mucho tiempo. ¿Trabajaste con psicólogos alguna vez? En Barranquilla la delegación contrató dos psicólogas muy buenas que les guardo mucho cariño, son colombianas, me ayudaron mucho y sigo en contacto con ellas. Durante mi carrera no, no tuve psicólogo que me haga un seguimiento.